Entrar de forma lúdica, creativa y experimental en las nuevas tecnologías ('Educomunicación' de Enrique Martínez-Salanova)


Su portal web siempre ha sido ejemplo y ya contaba con un espacio para ello. EDUCOMUNICACIÓN. Medios, recursos y nuevas tecnologías para la educación es el título del nuevo volumen de Enrique Martínez-Salanova, mucho más que un manual o una actualización de postulados. Con descarga libre desde ISSU, Educomunicación es una cuidada y ordenada transferencia de conocimiento donde la claridad de términos convive con la sabiduría y el aprendizaje de multitud de experiencias, un material nacido para orientar y animar a todos los públicos en el múltiple y apasionante mundo de los medios como herramienta por y para la educación, "esa utopía posible", como diría Agustín García Matilla.

—¿Son los medios educados o educadores? 
—Los medios de comunicación, y las empresas que los sustentan, debieran tener en cuenta la responsabilidad de toda la sociedad en lo que genéricamente llamamos socialización, adecuación de los individuos a las pautas culturales más generales de la sociedad en la que vive. Responsabilidad de educar, en suma. Se habla mucho de responsabilidades legales, derechos humanos, horarios de difusión, o contenidos. Poco se habla de las responsabilidades socializadoras de los medios, por muy "educados" que sean. Los medios de comunicación deben estar al servicio de la mejora de la sociedad y de su cultura, tienen la obligación social de ejercer la defensa del interés público, y proteger a los ciudadanos, especialmente a los menores, pues son altavoces de la realidad social e intermediarios/mediadores en la comprensión e interpretación de la misma.
En las redes, sin embargo, cada persona ejerce su propio control. Somos los ciudadanos los responsables de las informaciones y de la utilización que hacemos de ellas. Por ello las familias y las administraciones públicas deben tener en cuenta la educación para conocer las redes y utilizarlas, sus técnicas, sus contenidos y sus posibilidades comunicativas. No es admisible que todo se pueda publicar, verdad o mentira, pues nos encontramos en un mundo en el que los problemas los debemos encarar entre todos. 

—¿Qué es la educomunicación?  
—El hecho educativo es, esencialmente, un hecho comunicativo. Hoy es impensable hablar de comunicación y de educación como de procesos diferentes. La UNESCO aceptó el término "educomunicación" en 1979, en un contexto de cambio cultural, revolucionario, dialógico, que nunca se acaba, dialéctico, global e interactivo, en el que comunicadores/educadores y receptores/alumnos, enseñan y aprenden al mismo tiempo, pues son alternativamente emisores y receptores. La relación pedagógica se convierte en una situación de aprendizaje compartido entre los que se comunican entre sí y que, al hacerlo, construyen el hecho educativo, cuyo principal objetivo es el de desarrollar un pensamiento crítico ante la situación del mundo y sus mensajes. La educomunicación ayuda, además, a dirigir la mirada hacia los principales problemas del mundo: la participación de todas las personas, la defensa de los derechos humanos, la multiculturalidad, el medio ambiente, la paz, la libertad de expresión y de comunicación, la equidad...

—¿Existe una cultura de la educomunicación? 
—Existe escasa cultura de educomunicación, tanto en el ámbito docente como en el de los medios, mundos generalmente desencontrados, que desconfían unos de otros, cuando no son antagónicos. No debemos concebir la comunicación sin la responsabilidad de educar ni la enseñanza como algo separado de la realidad social. Para que exista educomunicación, los sistemas educativos debieran abrirse a los medios, y estos encajar sus responsabilidades educadoras, con algo más que hacer programas infantiles, documentales o periódicos escolares.
Por otra parte, en una sociedad mediática, es cada día más necesario, imprescindible en términos de educación que, desde los más pequeños, desde la familia, la escuela, hasta llegar a la universidad, sirva de sustento a la educación en medios. Al principio desde una perspectiva lúdica, crítica siempre, responsable, que pasa por la alfabetización, la gramática oral y visual, la expresión a través de los medios; finalmente sentir que son elementos educadores y difusores de ideas y conceptos, procurando al final el diálogo y del debate, en búsqueda del cambio social.

—¿Hasta dónde el término ha ido evolucionando, enriqueciéndose? 
—El término educomunicación tal y como lo planteamos hacia los años sesenta y setenta del siglo XX, tuvo su máxima evolución en América Latina y en Europa, más que en ninguna parte, con incursiones un tanto fallidas en países africanos. La llegada arrolladora de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, barrió temporalmente el desarrollo positivo, ya que se confundió el medio con el mensaje, y en los centros educativos se dio mucha más importancia a las tecnologías que al objeto de la transmisión. Actualmente estamos reajustando el término. Personalmente no me gusta hablar de "alfabetización mediática", término que se comenzó a utilizar en los países anglosajones, menos aún equipararlo a "educomunicación". La alfabetización mediática se queda muy corta, y tanto la educación como la comunicación deben superar los listones de la alfabetización, por mucha categoría o nivel que se le quiera dar en el mundo anglosajón. La educomunicación requiere compromiso social, por ello se intenta a veces desvirtuar el término, o rebajarlo de nivel. Su amplitud llegará a donde queramos, pero no debemos confundir educomunicación con "educación mediática", que es sin duda un paso más en el camino, pero no el fin.

—Tras su historia, ¿cuáles son sus fundamentos principales? 
—El fundamento principal de la educomunicación es la integración de los procesos educativos y los comunicativos, con los pasos o fases que se crean necesarios para conseguirlo, observación, audición, lectura crítica, producción, cambio de conducta, mejora social, difusión, cambio social, sin olvidar lo medioambiental, la solidaridad, la búsqueda en común de soluciones, la igualdad, la equidad o la inclusión.

—¿Quiénes son los verdaderos educomunicadores? 
—Todos podemos y debiéramos ser educomunicadores, al nivel en el que estemos: familia, escuela, medios de comunicación, universidad, cineastas, trasmisores de cultura. Para "educomunicar" es necesario tener las cosas claras, ser consciente de los problemas del mundo y de la sociedad, emitir sabiendo quienes son los receptores, esperar la respuesta de ellos y generar el feed-back suficiente para construir la comunicación.

—Un o una educomunicador/a ilustre sería… 
—Quien educa/comunica o quien comunica/educa en un entorno de cambio social, intenta que los receptores le hagan llegar sus opiniones y las atiende, e inicia con ellas un nuevo proceso de información, comunicación, en una espiral que no tiene fin, en el que una comunicación que finaliza es, o puede ser, el comienzo de otra que se inicia.
Si quien escribe, habla, programa, filma, emite, enseña, dibuja, canta o actúa establece una conexión educadora con sus espectadores, alumnos o audiencias, y espera y admite respuestas y comentarios que permiten cambios en el proceso y genera otros nuevos, puede considerarse que está en la ruta de la educomunicación.

—En el volumen destaca el papel de la creatividad. 
—Es imposible la educación, la comunicación, la ciencia, la didáctica o la investigación, sin creatividad. La creatividad, tanto individual como social, es la pieza clave para resolver los problemas que se le plantean a la especie humana. Los nuevos caminos de la evolución deben ser resultado de la solidaridad y la interrelación. Los medios de comunicación, sustentados y promovidos por las nuevas tecnologías incrementan imparablemente la posibilidad de la interrelación humana mediante la conexión en redes —mentes conectadas— que será más positiva si se apoya en un sistema de valores desde el que las instituciones básicas de la sociedad promuevan la aceptación participativa y crítica de los medios de comunicación y de información. La creatividad, necesaria para buscar soluciones se hace más eficaz cuanto más solidaria, conectada y global sea. La gran cantidad de ideas, contactos, informaciones conocimientos y procedimientos que aporta la red serán la base de referencia para aplicarse creativamente en la investigación, en el análisis de los datos, en la búsqueda de nuevas informaciones y por lo tanto en el resultado final, creativo en su procedimiento de búsqueda y en sus resultados.

—¿Sigue siendo la tiza un instrumento de las cavernas? 
—No debiera ser. Las cavernas las llevamos dentro y, en muchas ocasiones utilizamos las últimas tecnologías con mentalidad cavernícola. La tiza, las sombras chinescas, dibujar en el suelo, tallar, o cualquier expresión pueden ser la forma de comunicación más adecuada, según el momento. Ponerle zapatos nuevos a lo que hagamos. La filosofía aristotélica dio para siglos sin necesidad de nuevas tecnologías, lo importante es que accedamos a las TICs sin renunciar a conseguir la sociedad del conocimiento, con una visión global, actualizada, que conozca e intente resolver los problemas de hoy.  

—Es de agradecer que incorpore el cómic y la fotonovela como medios. 
—No es posible desentenderse de ellos. El comic nació en los muros trogloditas de la edad de piedra, incluso con intentos de animación, se desarrolló con griegos y romanos y se hizo mayor con la literatura y el papel de periódico. Juntos, pero no revueltos, ideas e imágenes fueron la base del cine, que a su vez aportó a la literatura y al cómic nuevas visiones, modelos, formas de relato y visiones diferentes de la realidad. El manga japonés, que tanto ha enriquecido el cómic, se basa en el lenguaje cinematográfico. La fotonovela fue una forma de relatar mediante fotografías, contar historias fotográficas en papel, cuando el cine lo hacía en celuloide y en movimiento. Existen infinitas formas de expresión y los sistemas educativos y comunicativos no debemos desprendernos de ninguno.

—¿Qué es Internet? 
—Internet es una magnífica herramienta de comunicación universal, horizontal, con todas las posibilidad de emitir y recibir mensajes y crear comunicaciones bidireccionales sean instantáneas o no. En la sociedad del conocimiento, el mejor instrumento para acceder en fracciones de segundo a los lugares más perdidos del planeta y recibir información de retorno que pueda ayudar a construir nuevos conocimientos. Científicos, literatos, músicos y artistas estructuran sus trabajos a través de las redes, permitiendo la mejora de sus descubrimientos mediante la democratización de ellos, admitiendo la crítica, reconsiderando opciones y permitiendo nuevos caminos de búsqueda.

—¿En qué se equivocan más los nuevos procesos de enseñanza-aprendizaje? 
—Exactamente en lo mismo que los antiguos, en ir a lo accesorio, no contar con el pensamiento y la creatividad, basarlo en aspectos memorísticos, evitar el razonamiento y la investigación, hacer la enseñanza poco agradable y basarse en las calificaciones más que en crear interés por aprender. En el caso concreto de las TICs, en confundir programas con contenidos, pensar que la simple utilización de las máquinas ya da buenos resultados. Y por otra parte, muchos profesores que rechazan en sus aulas los nuevos recursos, por desconocimiento o dejadez, o los convierten en simple entretenimiento, olvidando que sus posibilidades didácticas, comunicativas, de aprendizaje y de futuro profesional son ilimitadas 

—La tecnología está cada vez más en las aulas, pero no sé si tanto la vida cotidiana es compartida, debatida por los educadores. 
—Las tecnologías deben integrarse en la vida sin olvidar que hay vida fuera de la tecnología. Sin embargo las TICs nos procuran medios para comunicarnos más, mejor, y en menos tiempo y con mayor creatividad. Las tecnologías son instrumentos que deben favorecer la comunicación para el bienestar y el cambio social, de forma honesta creativa y eficaz. He trabajado muchas veces comunicándome con los alumnos no solamente en el aula, sino por las redes, tareas, trabajos, la Web, documentos expuestos en la red, utilización de recursos, con resultados inmejorables, al principio de motivación hacia la actividad, más tarde de interés hacia los contenidos y finalmente hacia lo más profesional. A alguno de ellos, de lo que me alegro, la motivación indicó su futuro. En estos casos, puedo asegurar que, gracias a las nuevas tecnologías, se han acercado a su propia vida y a su profesión actual.

—Vd. habla de la multiplicidad de entornos reales y virtuales, escenario actual de la educomunicación. 
—Multiplicidad significa que hay infinidad de entornos en los que se puede dar la comunicación y la educación. Entornos antiguos y nuevos, no rechazar ningún sistema o recurso comunicativo, sí ajustarlos a los tiempos y a las técnicas. Es magnífico conocer la realidad, incluso a personas reales, a partir de contactos virtuales, telemáticos... cualquier situación es posible para establecer una relación de comunicación y educación, el cine, una iglesita románica, un museo virtual, las redes, los juegos informáticos, la televisión.
Es muy importante crear nuevas experiencias, y hacer que se difundan, se expresen, se recreen, se logren otras nuevas y se generen a partir de ellas nuevos entornos, reales y virtuales.

—Cite su recomendación más práctica. 
—Que las personas entren, cuanto antes, de una forma lúdica, creativa y experimental en las nuevas tecnologías, desde un aspecto educativo. La escuela infantil debiera tenerlo ya en sus programas de trabajo. En la Universidad se debiera establecer mejor el proceso de búsqueda, intercambio, programación y difusión de la información.

—Con sinceridad, ¿qué papel ha jugado el Grupo Comunicar en la realidad actual de la educomunicación? 
—Es punto de encuentro, engendra entusiasmo, es pionero en nuestro país en la utilización de los medios en las aulas y en la conexión entre profesionales del periodismo, de la radio, del cine y de cualquier tipo de expresión comunicativa con los mundos de la enseñanza. Y se ha expandido por el mundo con sus dos revistas, Comunicar y Aularia, referentes para quienes nos dedicamos a la educomunicación. El Grupo Comunicar será en el futuro lo que sean sus miembros, con sus limitaciones y ventajas, somos voluntarios, sin subvenciones ni ayudas y hemos tenido fluctuaciones en cuanto a expertos y contenidos. Lo más importante, a mi juicio, es que en treinta años hemos acumulado conocimiento, experiencia y criterios, somos más abiertos, vamos explorando cada nueva tecnología de la misma forma que antes hicimos con la televisión, el cómic o el cine, y estaremos atentos a lo que vaya viniendo, pues el mundo del conocimiento y lo que le aporta la tecnología es imparable. 

—Y para todas y todos, ¿cuál es el principal de los desafíos? 
—Hay que estar ojo avizor, mantener un espíritu creativo y crítico, no caer en el señuelo y el oropel de los medios, ir en serio hacia la sociedad del conocimiento, que es una sociedad crítica, inteligente y democrática. Utilizar la nueva tecnología sin olvidar la tiza, y sobre todo pensar en que lo que hacemos debe ser compartido. El próximo avance tecnológico no nos debe encontrar ni con el paso cambiado ni desunidos. © Carlos Gurpegui